Olmo González
Seres Dirigidos
18 FEB – 07 MAR 10
El metro es uno de esos lugares comunes de muchas urbes, una red interconectada de túneles que unen distintos puntos de la ciudad de forma rápida, puntual y eficaz. Es el gran invento de la era de la locomoción para el transporte de grandes e ingentes masas de pasajeros. El suburbano, de acuerdo a los urbanistas, es una de las mejores soluciones para descongestionar el tráfico del núcleo urbano y crear un transporte rápido y sostenible.
Pero para Olmo González es un gran intestino que engulle cada mañana a una gran cantidad de trabajadores para regurgitarlos en el otro extremo del túnel. ¿Quién no se ha sentido «como en una lata de sardinas» en más de una ocasión durante la hora punta? Embutido, embocado, zampado, embuchado, encajado, ingerido, son otros tantos epítetos que se pueden aplicar al pasajero y que sirven para formar esta metáfora digestiva del suburbano. Y es que en esta muestra se habla de lo anodino, lo monótono y lo insípido de los recorridos en el subterráneo, pero también se hace un guiño a lo anecdótico y a los encuentros producidos en él.
Queralt Lencinas
«Es el uso narrativo de la imagen lo que carga de significados y propuestas el texto visual. Las fotografías de Olmo González son más que una prueba, como gustaba decir Roland Barthes, son más que un testimonio de lo que fue: son la demostración de que lo fotografiado existe, son discurso vivo y son coloquio.
Todos estos seres en tránsito por los vagones del metro de Madrid es un texto muy preciso sobre las contradicciones de una sociedad que nos propone sobrevivir arrebatándonos la vida, o sea, cómo no decirlo, arrebatándonos la libertad de vivirla.
Es la cárcel de las disciplinas levantando guetos con el abonotransporte y las rutinas, y cerrando las vías de exploración que proponían los que inventaron las derivas para sobrevivir al espectáculo.
Jim Sheridan, habla, y sabe de qué habla, de la necesidad de hacer cine punk, pero sobre todo de la posibilidad que las nuevas tecnologías nos proporcionan para hacerlo. Y lo propone como la luz al final del túnel de la manipulación mediaticoindustrial de la imagen. Olmo González ya ha hecho cine punk con este ensayo. Su libro es en realidad una nueva película, toda la historia de los subterráneos en imágenes.»
Andrés Mencía